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VIERNES SANTO-MENSAJE DE NUESTRO GRAN SEÑOR JESÚS


En un día como éste, en el que por lo menos en todo el planeta están recordando su nombre, Él quiere dar unas palabras, porque Él quiere que el ser humano le vea siempre con la sencillez, con la que Él siempre está con todos los seres que pueden escuchar un mensaje de esperanza.
“El amor es lo más grande, el amor es la vida, el amor es la esperanza, el amor es la creación. Cuando se habla del amor del Padre, no se entiende con profundidad lo que es realmente el amor del Padre.
Yo que lo veo, Yo que lo escucho, Yo que le prometí trabajar intensamente para que todo ser que le escuchara pudiera ser parte de Él, yo que sé muy bien lo que es su grandeza: Le pido que me vuelva a dar más fuerza para poder ser recordado por un mensaje de esperanza que le di a la humanidad, no porque en un día triste acepté el sacrificio,
Quiero que recuerden cada una de mis palabras, llevaba amor, llevaba esperanza, llevaba luz, llevaba una verdad, una verdad que era totalmente inconfundible. El Padre me dio todo para que Yo pudiera ser el maestro, el maestro de sus hijos. Me pidió que vigilara perfectamente bien todo aquello que Él había creado, que enseñara esa verdad, porque Él puso en Mí toda la verdad que representa la vida.
Cuando Él me dijo: “ve a mis hijos”, Yo sentí un gran honor al saber que Yo podía trabajar para Él, ya que me sentí lleno de fuerza cuando vi que me había creado para ser un gran maestro. Cuando escuché su voz y me pidió en todo momento, que por favor siempre llevara Yo la palabra de Él con amor y sencillez.
Él jamás, jamás le pediría a uno de sus hijos que destruyera una sola vida, que amara todo aquello que estaba a su alrededor, que lo respetara, que aprendieran a cultivar las flores, que aprendieran a ser como son las aves. Porque creó las aves para llenar el cielo de luz; pero para mostrarle a sus hijos que podían volar, que podían volar, que podían llegar al lugar donde desearan, cuando son siempre una sola forma de amor.
Creó las aves para que acompañaran al hombre, creó las aves para adornar su creación; pero cuando Él me enseñó cómo se podía volar sin necesidad de estar atado al suelo, fue cuando sentí que Yo tenía que mostrarle a todo ser, que no se tiene que estar atado a un lugar en donde se tiene que pensar que se existe.
El amor es lo más grande, amor, la unión del hombre y la mujer, la unión entre el hombre y la mujer es maravillosa. Él creó la dualidad, porque lo creó como lo más grande, tan igual uno del otro, a uno le dio la fuerza física, a ella le dio un don maravilloso que es el de poder procrear, convertirse en creación. Por ello es que Yo les puedo decir, que cuando hay una unión llena de amor, siempre están sus bendiciones con cada pareja.
Y que piensen, que no deben de pensar que son diferentes, que no deben nunca de ofenderse, que no deben nunca de decirse uno al otro que el otro se equivocó, sino debe de hablarles con amor, se deben de decir lo que sienten, lo que piensan y deben ser una sola unión de fuerza, para que los hijos que surgen de esa pareja puedan ser seres perfectos, para que lleven consigo esa luz maravillosa que El Padre les legó. Porque en el vientre de una madre se forma una vida y esa vida tiene que ser para siempre, parte de la evolución.
El Padre lo creó todo tan perfecto, que nosotros solamente pensamos en el amor, en el amor maravilloso que Él ha creado.
Yo soy simplemente un maestro, jamás he dicho que se me tiene que venerar, jamás he deseado ver a nadie arrodillado a mis pies. Siempre escucho a quien me pide algo, porque Mi Padre me dio poder, me dio un poder de mente más grande de lo que se imaginan. Yo puedo escuchar en todos los lugares en donde se me necesite, puedo llegar a mis hijos, porque para Mí es como si fueran mis hijos, porque El Padre me los confió. El Padre me confió a sus hijos y Yo me siento como un padre también, porque deseo enseñar todo aquello que un día traje a la Tierra.
Yo sé que recuerdan en alguna forma que hablé del amor, yo sé que en una forma u otra quieren que Yo me presente ante la humanidad para volver a venerarme. Yo no quiero veneraciones, yo quiero que simplemente se diga: “El Maestro me enseñó a amar, el Maestro me enseñó a crear, el Maestro me enseñó a ser parte de Mi Padre, el Maestro me enseñó a creer en mí y el Maestro me enseñó a pedirle al Padre, que cada día le dé más fuerza a cada mente, para que puedan ser cada día mejores. El Padre me pidió que cuidara de sus hijos.
Quiero que se den cuenta del enorme poder que tengo, puedo llegar a cualquier lugar del universo donde se me necesite; puedo llegar porque tengo el poder de la ubicuidad, a todos los lugares donde quieran escuchar una palabra de esperanza, una palabra de amor; puedo llegar a todo los puntos del universo.
Hoy estoy preocupado por un planeta, un solo planeta que se ha convertido en un baño de sangre, de dolor y de incertidumbre; en un lugar en el que existe el odio, existe la soberbia y existe la envidia y existe el deseo de poder, poder, poder, porque se sienten asegurados cuando pueden sentirse superiores a los demás
Por ello es que ahora, me estoy dedicando en forma muy especial a este planeta. Desde hace 2,000 años (cuenta del ser humano) llegué para decirle al hombre que existe un Padre, un solo Padre que con mucho amor siempre está con sus hijos. Yo le pedí al hombre que pensara, Yo le pedí al hombre que razonara. Yo le pedí al ser humano que conocía, que me siguiera con mucha sencillez, nunca les faltó nada, siempre tuvieron todo lo que necesitaban para poder caminar conmigo.
Yo tenía mi ejército, que no veían los hombres pero que siempre cubría sus necesidades; Yo me siento orgulloso de mi ejército, porque ese ejército ha cumplido con todo amor, ya que ama a todos los seres que habitan en este mundo. Este ejército, a los que se llaman ángeles, están dispuestos a todo por apoyarme en la salvación de esta humanidad, están dispuestos a luchar contra el mal, se enfrentan a este ser de muerte para poderlo enviar a sus dominios, porque naturalmente jamás pensarían en destruir.
Pero este ejército tiene poder, un poder inaudito que Mi Padre les dio, un poder más allá de lo que podría imaginarse el ser humano que podría existir. Ellos también escuchan a los seres humanos, pueden escuchar a grandes distancias, pueden conocer los pensamientos de cada ser al que se acercan, pueden ver profundamente lo que siente cualquier ser humano y ellos me dicen todos los días, que nunca se habían sentido tan desolados al ver la reacciones que tienen los seres humanos en esta Tierra.
Como muchos me dicen: “Alaban tu nombre Señor, pero no hacen lo que Tú les pediste; alaban tu nombre Señor, pero no se aman, no se aman a sí mismos; matan, matan con una crueldad terrible a sus mismos hermanos; matan con una crueldad que raya en lo desastroso a los animalitos, porque los ven como seres inferiores, porque piensan que no tienen alma, porque vemos que es muy difícil enseñarles algo que tu Maestro nos enseñaste: Amar y respetar la vida, amar y respetarse a sí mismos, amar y respetar a todos sus semejantes”.
Mis hijos, porque así los llamo Yo, todos los días me entregan cuentas de todo lo que están viviendo en la Tierra y se sienten muy tristes, los veo agobiados porque ellos no pueden destruir, lo que El Padre creó no se destruye. Pero ya les dijo El Padre <pongan orden, orden en este lugar>, y que no quiere que este ser que se convirtió en muerte se lleve de nuevo a sus hijos. ¿Por qué no lo destruye? Porque El Padre no destruye y no deja de ser su hijo este ser, que le ha retado durante millones de años.
Lo triste es que esto ha sucedido en millones de años, no ha querido recapacitar, no ha querido volver al Padre, no ha querido ser vida. Millones de años en los que ha ganado a muchos seres que le han seguido, con ellos se siente poderoso para retar a alguien tan grande que le dio la vida, para retarlo y decirle que algún día puede ser más poderoso que Él.
Por ello Yo llegué a esta Tierra, para pedirle al hombre que pensara, para pedirle al ser humano que derramara luz, no sangre; que hablara de amor, no de dolor, no de odio, no de venganza. Porque Yo vi al ser humano odiando, matando, despreciando a sus semejantes; vi al ser humano que no sabía lo que era el amor.
Por ello, hoy que me están recordando y que sienten un gran amor porque estoy presente ante la humanidad; por ello, Yo quiero que piensen en Mí como El Amor, El Amor del Padre; quien trajo conocimiento y sabiduría, quien trajo una verdad, quien trajo una luz para que este ser que se convirtió en muerte, no pueda quedarse con mis hijos. Sí, porque al ser Yo parte de Mi Padre, siento como si Yo fuera también un padre para toda esta humanidad y no queremos, no queremos que se queden con el mal que se ha adueñado de la mente de los seres humanos.
Pasan los tiempos, pasan los años, pasaron 2 siglos desde el momento en el que Yo le dije al Padre: “Padre perdónalos, no saben lo que hacen. Sí, no saben pensar, Padre se les olvidó amar, Padre se les olvidó creer, Padre se les olvidó soñar, Padre están cometiendo todos los errores que nunca debieron cometer; pero perdónalos, compréndelos, Yo voy a hacer lo indecible para que Tú puedas recuperar a tus hijos”.


Hoy estamos en guerra, sí, en una guerra contra el ser que quiere llevarse a los seres de esta Tierra. Hoy estamos en guerra, Yo estoy al frente de este gran ejército que llegó a la Tierra, que vienen de muchos otros mundos que también escuchan la palabra del amor, que vienen de muchos lugares dispuestos a trabajar para que esta humanidad pueda volver a ser vida, que vienen de todos los mundos de la galaxia pidiéndonos, pidiendo que se les permita trabajar en esta Tierra tan llena de dolor, de enfermedad y de sangre.
¿Por qué, por qué hay tanto dolor; por qué el hombre cada vez se enferma más, por qué se están creando epidemias terribles que están destruyendo las esperanzas de los seres humanos; por qué?, por qué sucede lo que ahora está sucediendo?. Porque un día al ser que habita en esta Tierra, se le ocurrió escuchar la voz de quien le dice: “mata, destruye una vida, aliméntate con sus cadáveres y serás poderoso”.  Eso es lo más triste, que ahora dicen que alimentándose con cadáveres pueden tener salud y vida, y no se dan cuenta que es la forma en la que se desarrollan las peores enfermedades.
Después, este ser enseñó al hombre a fermentar el fruto para poder adueñarse de sus mentes y no quieren escuchar, porque es el placer de la vida destruir su mente, destruir su cerebro, destruir sus neuronas, destruir su cuerpo, destruir su hígado, destruir sus riñones, destruirse totalmente; pero dicen que están disfrutando del néctar que crearon para reunirse, reír y estar alegres. Por ello, Yo mismo les dije un día que no bebieran el veneno del alcohol.
Cuando yo transformé el agua en vino, no fue vino, fue un jugo de uva tan exquisito, que no se dieron cuenta que no estaban bebiendo el peligroso veneno del alcohol y los curé, en ese momento empezaron a dejar de sentir los efectos del alcohol y empezaron a pensar un poco. Hoy Yo quisiera que aprendieran a crear ese néctar puro que puede surgir de los frutos, porque los frutos los creó mi Padre para que se alimentaran todos sus hijos.
Por ello yo tengo un ejército, este ejército aprendió a amar, aprendió a creer, aprendió a crear y este ejercito dice, que hoy van a triunfar.
Con mucho dolor vemos que sí se pierden muchas almas. Con mucho dolor le digo a Mi Padre: “Padre, no pude cumplirte todo lo que te ofrecí, sí, se sigue llevando a muchos seres, este ser de muerte que un día creyó que él podría ser más poderoso que Tú; pero mi lucha no termina,  mi ejército seguirá trabajando y solamente queda muy corto tiempo para decirte, a cuántos de tus hijos pudimos rescatar.
Muy corto tiempo, porque ya se cumplió el tiempo, ya el planeta tiene que pasar a otra dimensión; ya se cumplió lo que tiene que ser el tiempo en el que debieron haber aprendido a ser tan sólo vida. Por ello Padre te digo: “TE VOY A CUMPLIR”.
Voy a hacer ahora grandes manifestaciones de que estoy aquí; pero no me van a seguir viendo crucificado, quiero que me vean con amor, quiero que me vean con la luz en las manos, quiero que me vean con la luz en mi en frente, quiero que sientan tu presencia, porque mi amor por esta humanidad es muy grande, porque son tus hijos Padre y los veo como mis hijos descarriados. Yo quiero devolvértelos y voy a hacer lo indecible para que se pueda cumplir,  para que se pueda cumplir el sueño que Tú tienes, que es el de recuperar a esta humanidad que todavía no sabe pensar.
Pero vamos a lograrlo, porque Yo estoy comandando un gran ejército, un ejército del que vas a estar orgulloso Padre Mío, muy orgulloso. Y vas a estar orgulloso de estos hijos tuyos, que sé que los vamos a enseñar a pensar porque mis hijos, mis hijos, mi ejército, está enseñando a pensar.
Para Mí, todos son como si Yo también fuera un padre que los ha adoptado, porque siento un gran amor por todos aquellos seres que con tanto amor me han escuchado y se han convertido en verdaderos maestros, para que tu Padre Mío, puedas recuperar a estos hijos que no quieres Tú perder.
Yo te ofrezco mi ser, Yo, que vine a la Tierra para devolverte a tus hijos voy a cumplirte, porque ya se cumplió el tiempo. Ya no quiero ver más dolor en esta Tierra, ya no quiero ver tanta enfermedad, ya no quiero ver a los niños llorar desesperados por una enfermedad terrible como es el cáncer, ya no quiero ver cómo se van destruyendo unos a otros los seres que habitan esta Tierra.
Por qué se elevan muchos templos?, diciendo que ahí es en el único lugar donde encontraran la salvación, cuando Padre Mío, la salvación se la has ofrecido a todos los habitantes de esta Tierra porque los amas, los amas tanto, porque piensas en ellos como tus hijos. Yo los quiero ver también, como si fueran mis hijos que quiero darles todo mi conocimiento y mi amor.
Estoy aquí, para mostrarme precisamente ante esta humanidad que necesita tener un momento, un momento de lucidez para darse cuenta, que sólo con el amor se puede salvar esta humanidad. Cuando el hombre quiera destruir su mundo, lo vamos a hacer ver que realmente está destruyéndose a sí mismo, porque está actuando en nombre de un ser de muerte, que quiere quitarle a su propio Padre todo el poder que tiene.
 POR ELLO PADRE, PROMETO CUMPLIR.  PROMETO DEVOLVERTE A TUS HIJOS. PROMETO HACER TODO EL RUIDO POSIBLE, PORQUE VAMOS A SER TRIUNFADORES, COMO DICEN MIS HIJOS: “TRIUNFADORES NO VENCIDOS”.
Yo que soy el amor y quiero que me recuerden así, con el amor con el que llegué, con el amor con el que lleno de luz a toda mente que me escucha. Padre, soy tu hijo y deseo darte a Ti que lo mereces todo, la felicidad de recuperar a estos hijos que no quieres perder, porque los amas intensamente; pero Yo les voy a hacer que sientan mi presencia, PORQUE EN ESTA TIERRA HACE MUCHA FALTA EL AMOR”…

Recibido por Sara A. Otero Platas G. a través de Telepatía Extrasensorial.

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Para solicitar el audio completo del mensaje, es necesario adquirirlo en Tepoztlán Morelos, México.  Teléfono: (739) 395 19 08

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