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A QUE VINO NUESTRO GRAN SEÑOR JESUS?

¿A qué vino Nuestro Gran Señor Jesús? 

El hombre piensa que El Padre, un Ser inauditamente grande creador del universo: Tomó a su hijo, lo envió a la Tierra para que lo crucificaran y en esa forma recuperaba a sus hijos… que triste es que el hombre piense así. 

Estos días de celebración, porque son celebraciones las que hace el hombre, festejan que Nuestro Gran Señor Jesús entregó su sangre para que lo recordaran. 

Festejan, hacen fiesta o hacen un acto circense, en el que ponen a un hombre cargando una cruz diciendo que en esa forma se sienten que van a acabar con sus culpas. 

Por qué no mejor enseñarles a pensar, a recapacitar, a amar, a decirle a cada ser humano que Nuestro Gran Señor Jesús sí tiene un mensaje en este momento. 
¿Por qué es Nuestro Gran Señor Jesús el que hoy quiere estar aquí? 



Porque aquí sí le aman, aquí sí le veneran, aquí sí le respetan, aquí sí le ven como alguien tan grande como es el hijo. 

Sí, aunque todos somos hijos del Padre, Él es hijo en grandeza… de ese Gran Padre que creó el Gran Triángulo Divino. 

Pero Él hoy está triste, en este día no se siente contento, ya que naturalmente el hombre creé que poniendo (vamos a decirlo así) un luto aparente, porque dicen que ahora sí comen pescado; entonces yo creo que ustedes lo han visto, no hay verdaderamente un momento de reflexión. 
Las iglesias se llenan en ciertos lugares pidiéndole a Nuestro Gran Señor Jesús que les salve, por qué no piensan que cada uno es responsable de sí mismo y que cada uno tiene que aprender a conocerse y a amarse. 

Nuestros mensajes aunque parezcan complicados se van a descifrar, así que el mensaje de Nuestro Gran Señor Jesús hoy, en este día en el que se hizo una conjunción de fechas va a ser para ustedes:
Dentro de todo lo que ustedes han vivido, dentro de todo lo que ustedes han soñado, dentro de todo lo que ustedes han buscado: Hay un Padre, hay un Padre que me dijo que viniera a esta Tierra, hay un Padre que me dijo que llegara al hombre, hay un Padre que me dijo… no quiero perder a mis hijos. 
Llegué a esta Tierra hace dos mil años aproximadamente, con un deseo infinito de hacer un cambio en esta humanidad, con un deseo infinito de enseñar al hombre a amar, a creer, a soñar; con un deseo infinito de que el hombre se unificara en un conocimiento, de que el hombre no se perdiera en medio de los laberintos en los que hoy están hundidos por su ignorancia.




¿Qué es amar, qué es creer, qué es vivir, qué es tener la fe puesta en ese Gran Padre que llama a sus hijos, qué es lo que tengo que hacer? 

Aparecerme en cada lugar en el que me llaman o simplemente poner mi mano para que todas las enfermedades se curen… pero cómo voy a curar las enfermedades del alma; cómo voy a curar las enfermedades que se están provocando por la ambición, por el poder, por la destrucción, por el horror en el que viven estos seres que hoy son llamados por mi Padre. 

¿Cómo voy a acabar con tanto dolor, cómo voy a acabar con tanta angustia, cómo voy a terminar con todo el horror en el que ahora sumergen a los niños enseñándoles la violencia, cómo? Haciendo un movimiento… 
Voy a introducirme en los hospitales pero con ustedes, voy a introducirme en los lugares en los que me necesitan, voy a introducirme en los lugares en donde el niño llora, donde el niño no sabe por qué lo están quemando en vida. Porque primero le dan todo lo que puede contaminar su cuerpo, le enseñan a ser violencia, le muestran el horror en el que vive el hombre y después dicen que lo van a curar torturándolo. 

Tenemos, tenemos ya la muestra, niños que han recibo nuestra ayuda, no los suficientes que queremos tener. 
Yo he estado en cada curación, porque Yo quiero que recuerden que Yo vine aquí, a esta Tierra para que me recordaran con amor. 

La cura a los enfermos no era para veneración, era para recapacitar sobre los errores en los que se ha sumergido el ser humano. 
Por ello hoy quiero que entremos a los hospitales, por ello hoy quiero que todo niño me reciba y los niños me van a ver, los niños. Los niños a los que he llamado tanto, son los que me van a escuchar y van a dar testimonio de mi presencia, con los niños recuerden, con los niños. 
Los médicos presentes me van a ayudar, les voy a dar fuerza, les voy a dar poder para que sean escuchados, porque queremos que sean también los médicos los que se unifiquen para que pueda Yo dar vida de nuevo. 

Con todo mi amor hoy quiero dar mi luz, pero que me reciban en su corazón, porque desde este momento empieza el cambio, empieza… ustedes lo van a ver, lo van a sentir, lo van a palpar. 

Hoy, hoy Yo, el Hijo muy amado del Padre, quiero estar presente en este instante en el que es El Padre el que determinó en que lugar se debería dar este mensaje… donde no hay soberbia, donde no hay vanidad, donde no hay esa idea de superioridad que normalmente tiene quien quiere representar al Amor, donde hay amor. 

Quiero que apoyen todo lo que nosotros vamos a hacer, nosotros, mis hijos y Yo, sus hermanos, sus hermanos que hoy tan sólo, únicamente quieren enseñarles su mensaje, quieren darles todo su conocimiento, estudien, estudien mucho. 
Cada día se practica un pequeño momento en el que puedan saber qué es el amor, qué es ser hijo de ese Gran Padre, qué es aprender a ver; porque ver no es simplemente, que en un momento determinado abran su frente y digan veo. 

No se imaginan lo triste que es ver en este momento en la Tierra; pero hay que ver para amar, para dar, para enseñar. Les doy un corto plazo para que hayan estudiado, para que podamos darles la luz que tanto piden. 

Mi amor está con ustedes y el de mi Padre también… deseo llenarlos de fuerza, deseo darles la energía, deseo que me ayuden a acabar con esta terrible epidemia del cáncer, deseo que El Padre pueda recuperar a sus hijos, deseo que la vida surja en esta Tierra y que el hombre recapacite. 
Y sé que cuento con todos ustedes y con muchos más que siguen adelante con este mensaje que hay que extender, porque si no, el mal terminará por llevarse a los hijos que El Padre ama tanto. 
Reciban mi amor y esta noche mi bendición.      MAESTRO ALANISO


Recibido por Sara A. Otero Platas G. a través de Telepatía Extrasensorial.

Más información en la página oficial


Para solicitar el audio completo del mensaje, es necesario adquirirlo en Tepoztlán Morelos, México.  Teléfono: (739) 395 19 08

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